lunes, 11 de marzo de 2013

¡Con la Iglesia hemos topado! La ermita de Santa Leocadia


Con este sugerente título iniciamos una nueva sección en nuestro blog en la que abordaremos temas relacionados con la Iglesia así como con la religiosidad popular a través de los tiempos y cuyo primer tema versa sobre la desaparecida ermita de Santa Leocadia.

Desafortunadamente desconocemos a día de hoy el origen histórico de esta construcción al no conservarse apenas referencias en los registros escritos y ante la falta, al mismo tiempo, de restos visibles de ella en superficie.

Aproximadamente intuimos su emplazamiento original, situándose en el espacio -al que daría nombre- conocido como Santa Locaya o Lucaya (derivación en alistano de Leocadia), a unos 400 metros del pueblo y en dirección al vecino Matellanes. Su origen posiblemente deba establecerse en la etapa bajomedieval, momento en el que se difunde ampliamente el modelo eremítico. A principios del siglo XVII don Jerónimo del Hoyo indica en sus Memorias la presencia de la ermita, aunque no nos detalla el estado de conservación que presentaría en esos tiempos.

No sabemos en qué fecha fue destruida la ermita, sólo que hacia el año 1791 ya no se menciona. El lapso de tiempo, entre principios del siglo XVI y finales del XVIII, es demasiado extenso como para ser más precisos. Suponemos que su final fue el resultado de un proceso continuado de deterioro motivado por múltiples factores económicos, sociales y religiosos.

Pese a la ausencia de restos en superficie imaginamos que la ermita tendría una fábrica sencilla, de una sola nave de reducidas dimensiones, en mampostería de piedra y rematada por una pequeña espadaña con un vano para la campana, típico de las ermitas rurales en Aliste. A tenor de la campana de la ermita se ha difundido a lo largo del tiempo lo que podríamos definir como “la leyenda del campanín”. No sabemos hasta qué punto se trata de algo verídico o simplemente de un rumor malintencionado derivado de rivalidades entre pueblos vecinos, pero el hecho es que la anécdota se ha mantenido en el tiempo generación tras generación. Parece ser que hace muchos años todavía se mantenía en Ufones la pequeña campana de la ermita, la cual sería sustraída por algunos vecinos de Rabanales y colocada en el campanario de su iglesia.

Volviendo a la fábrica de la ermita, es de suponer que en su interior habría un pequeño altar y presidiendo el espacio sagrado la consiguiente imagen de Santa Leocadia. Esta imagen sí hemos podido documentarla. Se trataría de la misma que aparece en el inventario de los bienes de la iglesia de Santa Eulalia, realizado por el cura don Domingo Miguel Puelles a fecha 29 de septiembre de 1825 y en el que dejó anotado, entre otros muchos objetos, una imagen de Santa Leocadia[1]. Creemos que se trata de la misma que aparecería en la ermita homónima y que posteriormente sería trasladada hasta la iglesia ante el inminente final de aquella. Su paradero actual se desconoce.

                                                                              Santa Leocadia, mártir toledana                                                 

Espero con estos datos haber contribuido en algo al conocimiento de un edificio desafortunadamente desaparecido pero que siempre es grato recordar como parte de nuestro pasado común histórico-religioso.



[1] Así aparece en el libro de fábrica que se conserva en: Archivo Histórico Diocesano de Zamora, sección parroquiales, nº 82, libro 5º, folio 4 y ss.

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