La columna de piedra situada
junto a la iglesia parroquial y conocida como “El Rollo” es sin duda el
vestigio arqueológico con una mayor singularidad del pueblo de Ufones. Esta
singularidad siempre ha despertado curiosidad entre los propios vecinos y forasteros
que llegan por primera vez al pueblo, pero también entre determinados
estudiosos que han intentado con mayor o menor fortuna establecer algunas
hipótesis sobre su posible origen y funcionalidad. Sin embargo, a día de hoy
estos interrogantes siguen sin despejarse. En este capítulo vamos a hacer una
breve exposición de las principales teorías planteadas acerca de “El Rollo” y
sus circunstancias, conjugando los pros y los contras de cada de ellas y
estableciendo por último las valoraciones propias en base a la información
obtenida.
a) Menhir
fálico
Menhir es una palabra de origen
bretón que significa literalmente piedra
(men-) larga (-hir). Los menhires se
inscriben culturalmente en el fenómeno megalítico que se desarrolló en Europa
desde el período Neolítico hasta la Edad del Bronce.
Son principalmente símbolos
fálicos relacionados con ritos ancestrales en torno a la fertilidad y la
creencia en el más allá y por ello suelen hallarse cerca de tumbas.
Identificar “El Rollo” con un
menhir plantea algunas dificultades, principalmente por su
descontextualización, que impide adscribirlo a alguna etapa concreta. Sin
embargo, la tosquedad de la piedra y su aspecto fálico juegan a favor de esta
hipótesis. Grande del Brío y Benito del Rey apunta en esta dirección,
emparentando nuestro menhir con los dos falos situados junto a la iglesia de
Rabanales[1]. El culto fálico perduró
más allá de los tiempos prehistóricos llegando incluso a la etapa medieval, siendo
en época romana cuando tuvo una mayor difusión. Es posible, por tanto, que
nuestro “menhir” pueda estar en relación con el cercano yacimiento romano de
Rabanales, aunque también pudiera estarlo con el propio castro de Ufones. Las
cruces que aparecen grabadas en la piedra responderían a un fenómeno de
sincretismo religioso por el que las autoridades cristianas asimilaron símbolos
paganos preexistentes.
b) Miliario
romano
Es otra de las hipótesis que se
pueden barajar. Los miliarios eran columnas de piedra, generalmente de granito,
que los romanos colocaban al borde de las calzadas a modo de hito kilométrico
para señalar las distancias dentro de una vía. Estos hitos se situaban cada “mille passus”, es decir, cada mil pasos
romanos (de ahí el nombre) que transformados al actual sistema métrico
equivalen a 1481 m aproximadamente.
Cada miliario solía llevar
grabado una inscripción en la que aparecía al menos el título del emperador
bajo cuyo mandato se había colocado y la distancia hasta el enclave más
importante de la vía. En el caso de nuestro “Rollo” no se aprecia inscripción
alguna. La ausencia de grabado no impide desechar esta hipótesis, sobre todo si
tenemos en cuenta la posibilidad de que los romanos utilizaran en calzadas
secundarias de su red viaria miliarios anepígrafes que simplemente jalonaran la
vía y sirvieran como punto de referencia. En base a ello ha aparecido en los
últimos tiempos un interesante estudio de José Luis Vicente González en el que
refleja esta idea[2].
El rollo podría haber pertenecido a una calzada secundaria que enlazaba la
comarca leonesa de La Cabrera con Aliste y Sayago. Los dos miliarios de los que
sí tenemos constancia fehaciente, en Gallegos del Campo y San Vitero, pertenecerían
a esta misma vía. A esta supuesta calzada romana que cruzaría por el término de
Ufones le dedicaremos una entrada aparte en el futuro.
Réplica moderna del miliario de Gallegos del Campo
c) Rollo
jurisdiccional
Pese a que el nombre que las
gentes del pueblo le han atribuido tradicionalmente juegue a su favor esta
hipótesis es la más problemática de las tres. Los rollos, de origen medieval,
se utilizaban para simbolizar el poder de las instituciones ya fueran reales,
seculares o religiosas, estableciendo su propia jurisdicción.
Algunos autores han señalado la
posibilidad de que “El Rollo” fuese un miliario reconvertido en “hito terminal entre jurisdicciones
medievales distintas” para lo cual “se
labró la cima de uno de sus frentes en forma de cara” y en el que las
varias cruces que aparecen esculpidas “son
testimonio, sin duda, de diferentes reconocimientos periódicos de las
autoridades competentes”[3]. La dificultad estriba en
reconocer las distintas jurisdicciones a las que se refieren, más si tenemos en
cuenta la escasez de fuentes documentales que sirvieran de apoyo a esta
hipótesis. El único núcleo importante capaz de contar con jurisdicción propia
en la zona próxima durante la etapa medieval sería la villa de Alcañices, cuyo
señorío (laico) surgió en el siglo XIV. Parece pues poco verosímil que en
Ufones se estableciese un hito terminal
de este tipo. Sin embargo, sí creo que las cruces que aparecen en la superficie
de la piedra se deban a reconocimientos periódicos, aunque más bien por parte
de las autoridades religiosas de cada época.
Hemos puesto encima de la mesa
las tres hipótesis más destacadas acerca de “El Rollo”. Sin poder descartar
ninguna de ellas pero tampoco aseverando su veracidad sí parece conveniente
obtener alguna conclusión al respecto. Queda fuera de toda duda su simbolismo
religioso, ya sea pagano o cristiano. Su aspecto fálico, las cruces esculpidas
que presenta y el hecho de aparecer vinculado a la iglesia del pueblo apuntan
en este sentido. Por otra parte habría que señalar el proceso de transformación
y/o asimilación que debió sufrir a la largo del tiempo. Ya fuese menhir o
miliario su uso hubo de variar al mismo tiempo que las sociedades fueron
transformándose, de ahí que en la actualidad aparezca fuera de su contexto
natural, oscureciendo su estudio. Ello ha contribuido a que su significado aún
hoy siga siendo un enigma, del que por otra parte la gente de Ufones nos
sentimos orgullosos.
[1]
Vid. Benito del Rey, L. y Grande del Brío, R., “El santuario fálico del
Portillo del Lobo en Muelas del Pan”, en Studia
Zamorensia, t. IX, 1988, pp. 25-36.
[2]
Vid. Vicente González,
J.L., “El secreto de la Tierra de Campos: avance de resultados de un estudio de
detalle de la red viaria del occidente de la meseta septentrional durante la
Edad Antigua”, en X Congreso
Internacional de Caminería Hipánica, Madrid (22/07/2010).
[3]
En “Rabanales de Aliste, ¿Curunda Caesara?”, Proyecto Interreg IIIA: Vías Augustas, por Prospecciones Arqueológicas, Diputación de Zamora.
Muy interesante la entrada. Yo tampoco lo veo nada claro.
ResponderEliminarPienso que la primera hipótesis se plantea por la cercanía con los "falos" de Rabanales, de lo contrario quizá ni se contemplase. Pero no creo que proceda de allí: es extraño que haya cambiado de término municipal. Pudo venir del castro de Ufones, aunque en tal caso es fácil que el dato permaneciese en la memoria colectiva (e imagino que ningún vecino sabe nada sobre su origen).
Para mí, respecto a la segunda posibilidad, la falta de inscripción la hace improbable (salvo que la pieza esté rota, no sé si has observado si estaba rematada en sus dos extremos cuando estaba exenta).
Ese camino que mencionas lo desconozco. Pensaba que los miliarios de San Vitero y Gallegos formaban parte de una ruta alternativa del itinerario VXII que pasaba por la población romana que había en El Castrico (sea o no "Curunda Caesarea"). Sí que conozco un camino de gran importancia que pasaba muy cerca de Ufones: El Camino Morisco. Uno de sus ramales iba de San Juan a Matellanes. Este camino, en su parte portuguesa (el "Carril Mourisco"), es considerado por algunos autores una calzada romana. En el peor de los casos sería un camino emdieval de cierta importancia. Hoy ha sido, hace muy poco además, parcialmente destruido tras la concentración parcelaria de Matellanes. Cosas del "progeso".
Otra posibilidad, creo que no apuntada, es que proceda de la ermita (lo que tampoco supondría que aquel fuera su emplazamiento original).
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Pedro.
EliminarLa verdad es que este tema tiene muchos interrogantes y pocas certezas, aunque esto lo hace más interesante.
Yo también me inclino a pensar que no tenga ninguna relación con los falos de Rabanales, aunque algunos estudiosos lo meten en el mismo saco.
En cuanto a que se trate de un miliario no lo descartaría por el mero hecho de carecer de inscrpción. Hay multitud de casos documentados de miliarios anepígrafes. Los últimos datos que tengo hablan de más de 200 en todo el noroeste, aunque pudieran ser más.
Y respecto al Camino Morisco tu aportación me ha ayudado mucho, porque abre otra posible hipótesis que nadie (que yo sepa) ha apuntado. Sabía de esta vía pero desconooía lo del ramal de San Juan a Matellanes. Si en realidad se tratase de una calzada romana bien pudiera El Rollo, como tu dices, estar en relación con la ermita de Santa Locaya, cercana a Matellanes. ¿Puedes aportarme algo más sobre este camino? Si se logra demostrar que se trataba de una calzada romana habrías encontrado una posible solución al entuerto...
Gracias y un saludo
El camino es muy conocido. En San Juan incluso identifican su punto de partida: una antigua casa señorial (hoy utilizada como pajar), lo cual no sé muy bien cómo interpretar. Pero reaparece el problema del traslado de un pueblo a otro, pues ese tramo del camino creo que no cruza por término de Ufones, ya que pasa al sur de Matellanes y tampoco sigue en esa dirección, sino que va a unirse (por Arcillera o Ceadea) con el tramo que viene (o va, según se mire) de Portugal.
ResponderEliminarSu antiguedad es grande, eso está claro (el propio nombre lo da a entender), pero no tengo demasiados datos al respecto. Sólo los portugueses, que yo sepa, le han prestado alguna atención (al tramo portugués). Francisco Manuel Salgueiro de Sande Lemos asegura (con argumentos razonables) que, pese a la falta de miliarios, el Carril Mourisco pudo ser una calzada romana. Cree también que se une a la vía XVIII. Desde luego, una vez en España, y habiéndose incorporado a él ese tramo del que hablamos, se dirije hacia el norte, pero le pierdo la pista por Gallegos del Río.
Seguiremos investigando haber si algún día damos con la tecla acertada...
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